Gemas y estrellas se emparejan, se sintonizan y están en contacto directo, como un aparto de radio está en contacto con la emisora con la que sintoniza, formando una unidad indisoluble.
«Lo que está abajo es como lo que está arriba; lo que está arriba es como lo que está abajo»… Esta ley de correspondencia es el segundo principio fundamental de la filosofía hermética inscrita en la Tabla Esmeralda y nos lleva al concepto de analogía y correspondencia.
Este es el secreto de las propiedades maravillosas de las gemas. Cada gema tiene su estrella gemela, de su mismo color, de idéntica vibración. Esta afirmación aparece en el manuscrito escurialense titulado el Lapidario de Alfonso X el Sabio, el cual es considerado uno de los primeros manuscritos de naturaleza científica.